En un nuevo episodio de tensión diplomática en el marco del conflicto bélico que enfrenta a Irán e Israel desde hace más de una semana, el gobierno iraní lanzó una advertencia directa contra Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Ali Larijani, asesor del líder supremo Ali Khamenei, publicó un mensaje en redes sociales en el que acusó al funcionario argentino de parcialidad y advirtió que “pagará al finalizar la guerra”.
La amenaza se suma a una denuncia formal presentada por Teherán ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que cuestiona las declaraciones recientes de Grossi sobre el programa nuclear iraní. Según el régimen islámico, el titular de la AIEA ha mostrado una “actitud sesgada” al referirse a los avances en el enriquecimiento de uranio en Irán, omitiendo —según la postura oficial iraní— los ataques israelíes a instalaciones nucleares del país.
En una carta enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, el embajador iraní Saeed Iravani afirmó que las declaraciones de Grossi se alinearon con los intereses de Israel, al difundirse en simultáneo con los bombardeos contra la planta de Natanz, uno de los centros de desarrollo nuclear más importantes de Irán.
Grossi había expresado días atrás su preocupación por el volumen y el nivel de enriquecimiento de uranio acumulado por Irán. En una entrevista con Radio Mitre, explicó que el país dispone de material suficiente para fabricar entre seis y ocho armas nucleares, aunque aclaró que no existen indicios concretos de que ese paso se haya dado. “El uranio enriquecido al 60% no es todavía apto para un arma nuclear, pero el umbral que falta es mínimo”, detalló.
El gobierno iraní cuestionó no sólo el contenido, sino también el momento de esas advertencias, señalando que el director de la AIEA omitió pronunciarse sobre los ataques a instalaciones nucleares, en lo que consideran una muestra de doble estándar.
En paralelo, el presidente iraní Masud Pezeshkian mantuvo una conversación telefónica con su par francés, Emmanuel Macron, en la que reafirmó que Teherán no tiene intención de abandonar su programa nuclear, aunque manifestó su disposición a reanudar el diálogo con países europeos.
Por su parte, Macron fue enfático en su rechazo a cualquier posibilidad de que Irán acceda a armas nucleares. “Irán nunca debe tener un arsenal nuclear y debe demostrar que su plan es estrictamente pacífico”, publicó el mandatario francés en la red social X.