El Comité de Seguridad Nacional (NSC) de Pakistán, presidido por el primer ministro Shehbaz Sharif, ha otorgado plenos poderes a las Fuerzas Armadas del país para responder a la reciente «agresión india». Esta decisión se tomó tras una serie de ataques aéreos indios que impactaron en territorio paquistaní.
El conflicto se intensificó el miércoles con bombardeos por parte de las fuerzas indias en la disputada región de Cachemira, resultando en la trágica muerte de 26 personas en Pakistán y 12 en India. India, por su parte, afirmó haber destruido «nueve campamentos terroristas» en el territorio paquistaní, lo que ha exacerbado aún más la situación.
Pakistán respondió afirmando que había derribado cinco aviones de combate indios y denunció la muerte de 26 civiles, incluidos dos niños, a causa de los ataques aéreos. Mientras tanto, las autoridades indias reportaron al menos 12 muertos y 38 heridos en la localidad de Poonch debido al fuego de artillería proveniente de Pakistán.
La escalada de hostilidades entre estas dos potencias nucleares ha generado preocupación internacional. La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) advirtió que un conflicto prolongado podría derivar en un intercambio nuclear devastador. Melissa Parke, directora ejecutiva de ICAN y ganadora del premio Nobel de la Paz en 2017, enfatizó que este tipo de confrontación podría causar millones de muertes inmediatas y tener repercusiones globales catastróficas.
Parke recordó estudios que sugieren que una guerra nuclear limitada entre India y Pakistán podría desencadenar un invierno nuclear, alterando drásticamente la agricultura mundial y ocasionando hambrunas que podrían acabar con la vida de hasta 2.000 millones de personas.